Tecnología digital y personas mayores:
Cómo adaptarse contra la Brecha Digital
Tecnología digital y personas mayores:
Cómo adaptarse contra la Brecha Digital
El informe “¿Cómo mejorar la usabilidad de las tecnologías digitales para las personas mayores?” aborda los retos y las estrategias para sortear la brecha digital en la creación y adaptación de servicios digitales dirigidos a las personas mayores.
El informe “¿Cómo mejorar la usabilidad de las tecnologías digitales para las personas mayores?” aborda los retos y las estrategias para sortear la brecha digital en la creación y adaptación de servicios digitales dirigidos a las personas mayores.
El reto demográfico, con una población cada vez más envejecida, requiere desarrollar una serie de productos y servicios dirigidos a las personas mayores y sus entornos. Éste es el ámbito de la economía plateada.
El Nagusi Intelligence Center (NIC) de la Diputación Foral de Bizkaia es un observatorio que busca ofrecer servicios y soluciones a aquellas empresas que trabajan en la economía plateada. El NIC ha publicado, con la colaboración de Antares Consulting, el informe monográfico “¿Cómo mejorar la usabilidad de las tecnologías digitales para las personas mayores?”. Este informe analiza el uso que hacen las personas mayores de las tecnologías digitales y las problemáticas a las que se enfrentan, principalmente la brecha digital.
La brecha digital y sus efectos en el día a día de las personas mayores
Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) se encuentran cada vez más presentes en todos los ámbitos de la vida. La pandemia de COVID-19 ha impulsado aún más el uso frecuente y la implantación de estas tecnologías en ámbitos como el bancario o el sanitario. Sin embargo, cada vez queda más patente la problemática de la brecha digital: la falta de adaptación de estas tecnologías a las personas mayores lleva a que éstas tengan dificultades en operaciones del día a día tan corrientes como consultar el saldo bancario, contratar servicios o solicitar cita en los centros de salud. La brecha digital acaba así mermando el derecho de las personas mayores a participar plenamente en la sociedad.
La situación excepcional de la pandemia ha llevado a que las personas mayores, con conocimientos tecnológicos más reducidos al no ser nativos digitales, hayan empezado a aprender cómo usar las TIC, si bien queda aún un largo camino por recorrer. Un estudio del INE de 2021 señaló que el 27,9% de las personas de más de 74 años había utilizado internet en los meses previos al estudio, frente al 23,4% que lo empleó en 2019. Pero la misma encuesta señala que solo el 17,1% de las personas mayores usuarias de internet lo utiliza diariamente. El “Informe sobre brecha digital” de Mayores UDP, publicado en 2021, señala por su lado que “casi tres de cada diez personas mayores que no usan internet aseguran que no han podido hacer alguna gestión cotidiana porque solo se podía hacer a través de internet o en una máquina (27,1%)”.
Retos, estrategias y ejemplos para combatir la brecha digital
Ante una realidad en la que cada vez resulta más imprescindible el uso diario de las TIC, y el creciente interés de las personas mayores por introducirse en el mundo digital, la economía plateada debe tener en cuenta qué factores inciden en la brecha digital y cómo puede combatirse la misma. El informe “¿Cómo mejorar la usabilidad de las tecnologías digitales para las personas mayores?” plantea los principales retos a los que se enfrentan los actores de la economía plateada a la hora de mejorar la usabilidad de las tecnologías digitales para las personas mayores. En su segundo capítulo, el informe expone las estrategias más frecuentes para responder a estos retos. En el último capítulo del informe se recogen diferentes ejemplos de proyectos llevados a cabo a nivel estatal e internacional en los que se han utilizado estas estrategias.
CONCLUSIONES DEL INFORME
El informe “¿Cómo mejorar la usabilidad de las tecnologías digitales para las personas mayores?” recoge tres grandes conclusiones:
- La brecha digital entre generaciones se está reduciendo, lo que resulta a la vez una oportunidad y un desafío. La reducción de la brecha supone el aumento del número de personas sénior usuarias de las tecnologías digitales, pero a la vez requiere tener más presentes aún nuevas necesidades de apoyo y de acompañamiento a estas personas. Al menor conocimiento por no ser nativos digitales cabe sumar los deterioros propios de la edad cronológica, lo que requiere tener en cuenta las necesidades de personas usuarias con dificultades que irán más allá del conocimiento del uso de las TIC.
Las estrategias para mejorar la usabilidad de las tecnologías digitales por parte de las personas mayores requieren combinar diferentes enfoques para hacer frentes a múltiples retos que se presentan. La adaptación de las TIC a las personas mayores presenta retos como la adaptación del diseño para hacerlo accesible o aspectos como la mejora de la ciberseguridad para personas que no son nativas digitales. Sin embargo, ello no implica que todos los retos se deban afrontar al mismo tiempo: el desafío estratégico de las empresas tecnológicas de la economía plateada consiste en la selección de los factores relevantes para cada tipo de producto o servicio y en la creación de una sinergia entre estos factores. - El diseño de servicios que hagan uso de las TIC adaptado a las personas mayores no debe hacerse para ellas, sino con ellas. Algunos de los ejemplos recogidos en el informe demuestran la necesidad de emplear metodologías de innovación cocreativas que incorporen a las personas mayores (y, por tanto, futuras personas usuarias) desde la primera fase de diseño. Esto permite conocer de primera mano las barreras de las personas mayores en situaciones concretas y operativas de la vida diaria, permitiendo adaptar las herramientas para cubrir así correctamente sus necesidades. En este punto, el informe añade otras dos ideas clave: el colectivo de personas mayores es muy heterogéneo, y los conocimientos y usos de las TIC por parte de estas personas están fuertemente marcados por el entorno y comunidad en la que viven. Estos dos aspectos de diversidad del colectivo deben tenerse en cuenta en este codiseño.